Para muchos padres la hora de la comida de su hijo se torna una gran batalla, un drama y un momento de extrema tensión. La preocupación porque el pequeño este mal alimentado acosa a los padres y los deja sin dormir.

Pero más allá de la inapetencia o de cuan quisquilloso pueda ser un niño con la comida, hay otros problemas que pueden estar influyendo: dificultades para masticar y tragar, rechazo a ciertas texturas, rechazo al tránsito del biberón al pure, se niega a tocar ciertas texturas de alimentos, tiene arcadas y aversión a ciertos alimentos, tos frecuente durante las comidas.

En fin, hay síntomas que el padre debe observar y procedimientos a seguir. Todo para evitar procesos de desnutrición en edades tempranas que tienen grave repercusión en el desarrollo del pequeño. Lo principal es estar atento y ante la sospecha acudir al pediatra. Nadie mejor que un papa para saber que algo raro ocurre o que algo no anda bien con su hijo.  Entonces si Ud.  sospecha que su hijo podría estar teniendo problemas de alimentación, el primer paso es que su pediatra le haga una evaluación. A partir de ahí, su pediatra derivará a su hijo a un especialista en terapia de alimentación. Luego, lo más probable es que su especialista trabaje con su hijo durante una o dos sesiones por semana, cada una de las cuales dura una hora.

El objetivo del especialista en terapia de alimentación es determinar si los problemas de su hijo son sensoriales, motores o ambos y según sea el caso establecerá una guía de trabajo. La primera buena noticia es que su hijo comenzara a mejorar paulatinamente y mientras más temprano comience mejor. La segunda buena noticia es que en nuestro centro de terapias y medical daycare contamos con muy buenos especialistas para ayudarle en este proceso.